No existe bestia tan feroz que no sienta alguna piedad. Yo no siento ninguna; luego no soy tal bestia.
Legiones de fans siguen mirando los productos de la Cannon con ese brillo de nostalgia en los ojos, incluso tantos años después. Cuando aquel logo compuesto por una “C” y una flecha aparecía en la pantalla, podías estar seguro de algo. Al menos no ibas a aburrirte. Violencia, sexo, frases lapidarias, explosiones a destajo, guiones imposibles, caras de póker en cuerpos esculpidos en bronce, disparos, humor macabro, héroes de pocos escrúpulos, coches volando por los aires, guerras, ninjas, mercenarios, chicas exuberantes en ropa ceñida… Menahem Golan y Yoran Globus no escatimaban a la hora de dar espectáculo, en el sentido más amplio de la palabra.
Hoy nos reunimos un reducido grupo de aguerridos expresidiarios para analizar la que muchos consideran la joya de la corona en el reinado de estos primos infatigables y polémicos. La película que por fin hizo que un producto Cannon tuviera nominaciones en los Óscars.
“El Tren del Infierno” (1985), basada en una idea de Akira Kurosawa y con la dirección del soviético Andrei Konchalovsky, es una “rara avis” en la producción de la Cannon. ¿O no? En este episodio de Remake a los 80 analizamos qué elementos propios tiene esta película, qué la hace especial, y si es merecedora de la etiqueta de “mejor película de la Cannon”. Hablamos de cárceles y de presos, de redención, de los riesgos de encumbrar a un ídolo con pies de barro, de trenes y dragones, de némesis enconados, de nieve, del sentido de la vida, de accidentes de helicóptero… Descendemos hasta las cloacas del alma humana y nos revolcamos en los conflictos familiares de los protagonistas. Analizamos a John Voight y a Eric Roberts, hablamos de Rebecca de Mornay, de Edward Bunker, de John P. Ryan… y de cómo a veces la única manera de escapar de una vida miserable es la muerte.
A los mandos de esta locomotora descontrolada está, como siempre, el incombustible Juan Pablo Videoclubsero, luchando por no tener un infarto al escuchar las aportaciones de su equipo habitual. Comparten celda con él, en esta ocasión, el jovenzuelo Javi “peso ligero” García, que acude tras una dura sesión de boxeo en el gimnasio de su barrio donde ha perdido la peor de las luchas posibles, la lucha contra sí mismo; y el acabado Óscar Cabrera, que se revuelve y desentumece tras pasar dos semanas en un agujero infecto, por mal comportamiento en el anterior podcast, cuando no supo recortar sus simbolismos y sus pajas mentales.
Como invitado de honor y cuyo expediente intachable no le ha salvado de compartir celda con nosotros, tenemos al Highlander Iñaki Sánchez, de lafrikoteca que, tras el programa, sigue pensando que hubiera preferido una misericorde condena a pena de muerte.
Estate atento, remaker, no vaya a ser que se te escape este tren… al infierno.