INTRODUCCIÓN
Si hablamos de viajes en el tiempo en los 80. Inmediatamente nos viene a la mente Regreso al futuro de Robert Zemeckis. Pero en 1982, tres años antes que Marty McFly aterrizara en los cines, llegaba a las salas de cine El jinete del tiempo.
Una cinta que coqueteaba con los viajes en el tiempo pero con una visión más cercana al cine de serie B que a los grandes blockbusters de la época. El canadiense William Dear, realizó este filme (además de coescribir el guión junto a Michael Nesmith) unos años antes de hacer Harry y los Henderson o de firmar el guión de Rocketeer.
La trama de El jinete del tiempo, nos presenta a Lyle Swann. Un inconformista piloto de motocross, en plena competición, se adentra accidentalmente en una zona de alto secreto, donde se está experimentando con viajes en el tiempo. Nuestro protagonista es teletransportado a mediados del siglo XIX, en pleno salvaje oeste, donde tendrá que verse las caras contra unos peligrosos forajidos. Por el camino contará con la ayuda de una joven, un sacerdote y un par de comisarios que van detrás de los forajidos.
El reparto aunque no son ninguna súper estrella de la época, para el cinéfilo les resultará cuanto menos conocido. Swann, el jinete del futuro, está interpretado por Fred Ward, al que vimos en pelis como Elegidos para la gloria, Remo, desarmado y peligroso o como el villano de Agárralo como puedas 33 1/3 El insulto final.
Reese, el jefe de los forajidos, le pone rostro nada menos que Peter Coyote. De sobra conocido por el público por participar en E.T. el extraterrestre de Spielberg, Lunas de Hiel de Polanski o Kika de Almodóvar. En roles secundarios tenemos por allí, Belinda Bauer (Flashdance), L.Q. Jones (La mascara del zorro), tampoco olvidarse de Ed Lauter, rostro más que reconocible y visto en mil y una serie de televisión de los 80 como El equipo A o Magmun o Richard Masur al que vimos en La Cosa de John Carpenter.
La película arranca con unos títulos de crédito bastante rácanos, con un fondo negro donde una voz en off, nos indica que se van a realizar una serie de pruebas de manera poco oficial, donde se va a contar con una perrita como primera viajera del tiempo en un remoto desierto de Arizona.
Inmediatamente aparecemos en dicho desierto, donde tiene la presentación del protagonista. Lile Swann, es un fuera de serie a lomos de su moto mientras que la banda sonora viene cargada de unos potentes guitarreos. El resto de asistentes alucinan con su destreza sobre la moto.
Nuestro protagonista no tiene una moto vulgar y corriente, sino que la tiene ya customizada (con radiocasete incorporado) además de tener un súper casco con visera automática, a la que le incluye un visor donde puede observar la distancia, velocidad o incluso puede utilizar un pequeño zoom. Vamos mucho mejor que unas Google Glass.
Tras confundirse con las indicaciones, entra dentro de la zona de experimentación y viaja en el tiempo (que nadie se espera ningún derroche de efectos especiales). Como Swann es un tipo inquieto se va rápidamente de la zona, sin que los científicos les de tiempo de volver a traerlo a nuestra época.
Nuestro héroe empezará a pedir ayuda por radio, pero se encuentra en 1877. Tiene la mala suerte de dar con unos forajidos, encabezados por el ruin de Reese. Que a pesar del asombro por la apariencia de Swann, le ha puesto el ojo a su motocicleta.
Swann entablará amistad (y algo más y en un tiempo record) con Claire que vive en una misión junto a un sacerdote de armas tomar. Ambos le ayudarán a darle esquinazo a sus perseguidores, pero estos se hacen con su motocicleta. Menos mal que dos veteranos y experimentados comisarios de la ley, ayudarán a nuestro protagonista a recuperar su moto.
Por el camino, tendremos tiroteos, persecuciones a caballo ante la sorpresa de nuestro protagonista y muchas otras situaciones vistas en un mil y una películas del género. Pero desafortunadamente, El jinete del tiempo tiene una estética más de telefilme que una película al uso. Donde el lento ritmo que le imprime su director no ayuda para nada a la acción. Con lo que parece que estamos antes el episodio piloto de una serie que de una película. No por ello, para los muy aficionados al género de la ciencia ficción y a las aventuras le pueden dar un visionado.
CURIOSIDADES
La película en Argentina se título Trueno rojo. En Portugal se llamo Timerider – Una aventura extraordinaria. Incluso en España se llegó a subtitular como Regreso al pasado.
Se estrenó el 27 de agosto de 1982.
Se filmó en Tucson (Arizona) y Nuevo México.
El protagonista viaja al 5 de noviembre de 1877. Es la misma fecha que se usaba en Regreso al futuro (5 de noviembre de 1955) o Los pasajeros del tiempo (5 de noviembre de 1979).
Fred Ward y Peter Coyote habían trabajado juntos en La presa (1981) del maestro Walter Hill.
En los primeros pases, la película se llamaba Las aventuras de Lyle Swann.
Se tanteo al televisivo Andrew Stevens (Dallas, Se ha escrito un crimen) para el papel protagonista.
FICHA TÉCNICA
Año: 1982
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos
Dirección: William Dear
Guion: William Dear, Michael Nesmith
Música: Michael Nesmith
Fotografía: Larry Pizer
Reparto: Fred Ward, Belinda Bauer, Peter Coyote, Richard Masur, Tracey Walter, Ed Lauter, L.Q. Jones, Chris Mulkey, Macon McCalman, Jonathan Banks, Laurie O’Brien, Susan Dear, Bruce Gordon, Ben Zeller, William Dear, Tommy Leyba, Ernie Quintana
Productora: Zoomo Productions / Citadel Films / Jensen Farley Pictures
Género: Aventuras, Ciencia Ficción, Western