Reconocedlo, la mayoría de nosotros en los 80 fuimos víctimas de algún abusón, matón o mafioso en los patios del colegio, en las plazoletas, en la calle o cualquier otro sitio donde parábamos. Había distintos tipos y perfiles, tenías al abusón refinado que siempre era amigo de todo el mundo y que con su cara de pánfilo tontorrón que no había roto nunca un plato, solía poner esa cara de enmallado todos los recreos y al final te sacaba más de media merienda a base de la típica frase ¿me das un cacho? es que se le ha olvidado a mi madre.
Luego tenías a aquel que sabias que no podías chulearle y si te miraba ese día en el recreo y no le dabas la merienda totalmente precintada, tal y como tu madre te la había comprado, sabes que te arrancaría de tus manos ese manjar sin tiempo a rechistar, solo podías decir ¡Adiós Bollicao!
Que me dices del que te quitaba la pelota, ese día te tocaba a ti llevarla para jugar, pero allí estaba el esperando para salir corriendo detrás tuya y de un puñetazo arrancarla de debajo del brazo, tu primer instinto era salir corriendo con lágrimas y mocos en la cara a decírselo al profesor hasta que el abusón te soltaba la famosa frase, ¡Si te chivas a la salida te espero con todos mis amigos para matarte!
Y el peor de todos, aquel que siempre acechaba en la puerta de los recreativos para mangarte a base de navaja comprada de los 20 duros, la paga del viernes por la noche, además si te ponías tonto te quitaba hasta el reloj.
Pero nunca habéis pensado que fue de todos estos, que ha sido de su vida?, algunos los seguís viendo?, muchos desaparecieron al terminar la EGB y si rebuscas lo más normal es que encuentres rastros suyos en algunas fichas policiales o en las zonas y barrios más marginales de tu ciudad. Otros simplemente se quedaron donde los dejaste. Otros han sido más listos y a pesar de no haber terminado su andanza en tu mismo instituto y haberles perdido la pista en COU cuando ellos seguían en 1º de BUP, hoy en día sí que puedes verlos todos los días entrar por la puerta del ayuntamiento a su concejalía cuando tu vas a pagar la multa del policía de turno que te puso la multa ayer cuando le descargabas a tu santa madre, aquella que te hacia los bocadillos, un mueble en su portal.
Otros consiguieron dejar el rango de chusma barriobajeros del colegio para conseguir ser los chulos del instituto, hoy los tienes bien colocados en algún funcionariado a base de conexión y enchufe a 50mg.
Pero alguno os habéis parado a pensar que fue de sus corazoncitos, que se les paso por la cabeza para ser así, que problemas no serían víctimas, que lastima que penica de ellos verdad?………….aggg nooo, yo creo que no.
El Sr Martin Scorsese fue uno de los nuestros, vivió las mismas circunstancias que he narrado ahora mismo, en esta película Cuenta casi su propia historia, la historia de los barrios donde se crió y como era la verdadera vida con los mafiosos. En ella cristalizan todas las obsesiones, todos los logros narrativos y estilísticos, todas las ramificaciones temáticas que durante dos décadas Scorsese fue atesorando y haciendo crecer en su interior. Scorsese ha hablado con gran talento de perdedores que quieren recuperar su dignidad, de artistas mezquinos de gran talento, de boxeadores autodestructivos, de taxistas solitarios y esquizoides, pero sobre todo se le recordará, dentro de muchos años, por sus crónicas de los bajos fondos de Nueva York, Boston o Las Vegas y su particular perversión del sueño americano.
En este podcast, acompañados de Agustín Lara del blog Adicine como principal invitado y junto a Rafael Teruel, Javi Garcia y un servidor Juan Pablo Videoclubsero analizamos esta película, recordamos momentos y anécdotas de la misma y nos ponemos en la situación de ser auténticos mafiosos, de hecho secuestramos a nuestro paciente técnico de sonido Marcos Cabrera para traficar con sus servicios.